siento que los ojos se me tornan negro y mi pupila desaparece
no sé el por qué me encontré tan perdida esa vez
tan sola
fue como si un montón de gente presionara mi pecho hasta cortar mi respiración
hasta querer vomitar por la presión sobre mi estómago
todo se tornó en un escenario escabroso sin oxígeno, con olor fétido, tan abrumador, tan tortuoso
yo no escuchaba a nadie, nadie con alguna identidad o conciencia
solo mentes desaparecidas por el alcohol y las drogas que más fácil se pudieran conseguir
solo gente vacía sin voz guiadas por música mal sonante y en gran volumen
que aunque bailando expresaban una sonrisa yo veía falsas máscaras
con terror entré en pánico, pues la realidad se volvió confusa, inestable, extraña
la muerte se convirtió en el tema principal, aquella figura estaba susurrando en mis oídos y me estaba guiando hacia la oscuridad
me encontraba tratando de huir de ese lugar, de esa gente, de aquella sensación
aunque asustada estaba yo sostenía tu mano, siendo el camino a la realidad bondadosa en la que deseaba estar
me seguiste, yo estuve feliz, me sentí a salvo
con mis ojos enceguecidos logre salir y gritar con alivio en mi corazón que había escapado de allí, de esa muerte segura
pero aunque ya estaba tranquila, seguí con los latidos aumentados, mis piernas temblando y mi respiración agitada.
me ilusione más pronto de lo que debería, fue decepcionante no haber disfrutado de ese, ya instante, de calma más tiempo
tan triste te miré
tan triste me miraste
pero nuestros motivos eran disparejos
eran tan individuales y diferentes uno del otro
trate de pedirte ayuda con mi llanto, con mi notable angustia
pero tu ojos en blanco y tu refunfuño fueron inmediatos
-intolerable
yo que yacía partida en mil partes era culpable de arruinar un gran momento,
de arruinar aquel ritual que los humanos tienen tan definido como placer,
tú que sostienes mi mano me miraste con odio, lo sentí…
me reclamaste por mis recurrentes alteraciones de humor
por mis excesos
por mis miedos injustificados
tu compañía no era para salvarme
no era para sacarme de aquella emoción con la que comencé la noche
era para ti, para complacerte y que yo te acompañe ayudándote a completar el círculo de satisfacción
yo soy deseo, soy objeto, soy escucha, soy protección, soy carga
la carga que alguien como tú no puede soportar, pues el peso es comparable a un gran fastidio que no puedes tolerar
no valgo yo lo suficiente como para soportarlo
pues arruiné tu plan y lloré y me lastimé
y eso hizo tu vaso derramarse y hablar impacientemente
y culparme
cada palabra tuya se sintió como una puñalada
ardía, no tenía cómo curarla, sentía que me desangraba
fue tan real mi mareo, las náuseas, como si esas fuesen las últimas palabras que tuviese que escuchar antes de morir
no estaba lo suficientemente en conciencia, yo seguía en aquel mundo oscuro retenida
gritada por demonios que me culpaban de todo ese dolor.
Siempre he sabido que el momento ideal para crear conversación es en escenarios con poco ruido, con buen clima y buena compañía.
siempre he sabido que tu carácter se reprime hasta que explota con intenciones de herir,
siempre he sabido que poco te importa mi sentir
y aunque conozco, aunque sé, lo niego.
Lloré hasta que sentí que la piedad subía por mi piel desde el suelo
mis pies fríos comenzaron a calentarse y mi mente a escuchar silencio
la calma vino a mi, aunque la tristeza permanencia
tu máscara veo con claridad, me confunde, no creo que el amor deba lucir así
me cuestiono, tengo lo que parece ser una pregunta eterna
quedarme o irme
pues lo único que conozco del amor es que es sufrimiento
pues se demuestra a través de sacrificios, cual Jesús que murió en nombre de la humanidad
tal vez mi llanto superó tu odio breve mente
me miraste y sentiste lo que creo que fue compasión
es tan patético de mi parte esperar a ser vista POR TI con empatía
tan triste es para mi no poder estar a salvo en tu compañía
tan triste es para mi no encontrar refugio
te pedí que te quedaras conmigo
aún cuando eras tú quien me provocaba dolor
te pedí que me regalaras compañía
me diste tu espalda, me diste injustamente insultos pasivos que mi ocupada mente acumula como en una esfera de nieve
y aún así te quedaste, en un tono más tranquilo expulsaste una disculpa
mis ojos no pueden ver la falsedad de tus palabras, no logran intuir que pasa por tu mente
pero lo acepto y con mis brazos llenos de frío te abracé
cerré´los ojos con fuerza y borré lo que había pasado
disfruté de el calor que tu cuerpo me concedió
agradecí ese momento.
pero si algo es permanente en el mundo es el cambio, es lo efímero, es la constante de instantes y yo solo busco atarme, permanecer, seguirte
cuando nos pusimos de pie y salimos de allí, volvió otra vez mi miedo
desconocí con quien había estado agarrando de la mano
a quien había estado amando con todas mis fuerzas
a quien había estado protegiendo
caminamos de la mano, juntos, en silencio
se sintió bien
me sentí en calma
disfruté como pude de aquel infortunio
pero recordaba y lloraba
recuerdo vernos acostados, uno encima del otro
con deseo de tu parte, con tu mano rozando mis piernas
sintiendo escalofríos concedió el unirnos en fusión
-“un cuerpo que siente placer crea una mente satisfecha” pensé
creí que me sentiría mejor
no pensé en satisfacerte, pensé en recibir
pero aún así, terminado los jadeos y encontrándonos uno al lado del otro recostados
…sentí tristeza
-”¿soy una mala persona?”
esa pregunta me pareció un chiste, una forma de burlarte de mi
de hacerme cuestionar la moral y la ética que yace de nuestro comportamiento
pues si bien en esta relación no hay bien común, hay límites marcados que no se chocan, como si en nuestro contrato estuviese bien los conflictos en los que herirse vale, si después hay arrepentimiento.
es por eso mismo que sigo enfrentándome con el dolor y siguiéndote
porque no logro inferir quién es el mal para quien
porque logro justificar tu subjetiva ética y modo de hacer las cosas
porque te veo tan roto que no quiero dejarte solo
porque aunque finja que no, la soledad es aún más tortuosa
he vivido aceptándola, pero el cuerpo con mi mente no coinciden y siguen respondiendo al instinto principal de supervivencia
la compañía
tú compañía
tú, a quien no perdonaré
Y a quien amaré siempre por haber sido parte de mi por tanto tiempo
y es que todo de mi me lastima, pero es mio y lo guardo y trato de arreglarlo
porque aún no sé muy bien qué hacer
no he madurado
no he amado a nadie más tan intensamente
no he amado de otro modo
quisiera aprender, quise esperar a ver… quién seremos